El juego supone una simulación de la realidad y permite realizar acciones que en otras condiciones no seria posible. En muchas ocasiones requiere pasar distintos niveles, que no siempre es fácil, con lo cual es un entrenamiento para superar la frustración si no conseguimos cumplir el objetivo o superar una fase.
Algunos juegos favorecen el desarrollo de procesos cognitivos como la memoria, la atención, planificación y resolución de problemas. También son útiles para adquirir conocimientos y reforzar el aprendizaje. Incluso son facilitadores de entrenamiento en habilidades mediante la simulación que recrea un entorno determinado. Los videojuegos tienen muchos aspectos positivos que le hacen atractivos para sus usuarios.
Pero, a pesar de sus ventajas, también podemos encontrar efectos negativos o inconvenientes que les hacen perjudiciales. Su abuso puede interferir en la interacción familiar y social, algunos juegos transmiten valores perjudiciales, pueden producir ansiedad y efectos físicos secundarios como consecuencia de la exposición óptica, el cansancio, postura e iluminación inadecuada. Suponen un problema cuando se dejan de realizar otras actividades, se necesita jugar durante más tiempo y el usuario se siente mal por no poder jugar.